“Quiero retratar que el mundo todavía tiene cosas muy lindas para mostrar. La fotografía es el amor de mi vida”, indicó el fotógrafo que ha estado en distintas partes del mundo.
Luis Zamora desde niño tuvo muchas necesidades artísticas, siempre quiso estar relacionado con el arte, con la música, incluso cantó en un coro, y cuando no estaba en eso, jugaba básquetbol en su colegio. Una fractura detuvo el sueño deportista y lo forzó a agarrar el libro y culturizarse lo que más podía, Luis siempre estuvo equilibrando la ciencia y el arte en su vida.
Estudió Telecomunicaciones en la Universidad de Santiago, pero necesitaba alguna actividad que lo sacara de eso y lo llevara a una conexión más artística, así fue conoció el circo.
Luego un gran historial académico que incluye dos carreras a su haber y diplomados, Luis entendió que lo que quería era comunicar el circo desde otra manera, marcar una diferencia con otro lenguaje y esa búsqueda le cambió la vida.
"Tomé clases de hip hop, con el que fue mi primer profesor, Nicolás Cancino (conocido bailarín), mi amigo, mi primer referente; luego, Nico se lesiona ese año y lo reemplaza Daio, quien estaba trabajando con Eric Baez en unas fiestas que se hacían en Club Mangosta que eran exclusivas para bailarines urbanos. Ahí, en esas fiestas… me fui a la B", indicó el fotógrafo.
Esas fiestas eran habitadas por toda una camada de bailarines de todas las ramas del hip hop, Luis estaba estupefacto, conoció a distintos grupos íconos de la danza urbana chilena, y una idea le surgió en la mente "¿por qué nadie más sabe de esto?".
Recordando la movilidad y la experimentación que lo caracterizaba desde niño, Luis se había comprado una cámara fotográfica y el organizador lo invitó a empezar a retratar las fiestas. Todo empezó desde ahí.
Luego de ese año, Luis ya tenía un nombre en la escena como fotógrafo y un ojo sagrado dentro del mundo urbano, cubriendo batallas, workshops, funciones, entre otros. En el año 2013, viajó a Argentina a la competencia "Hit Da Beat" donde eligieron sus fotos como las oficiales ese año, desde ahí, lo empezaron a llamar de distintos lugares.
"Pasó que me empecé a relacionar con otros bailarines, más investigaciones, empecé a consumir más funciones, más libros, empecé a tomar clases, para entender el lenguaje desde el cuerpo para que las fotos sean mejores", reconoció Luis Zamora.
"En el año 2016, tuve una crisis vocacional, estaba trabajando como ingeniero en Entel, tenía muy buen trabajo, pero la cámara me llamaba. Ese día tomé una decisión y renuncié. Quería ser mejor fotógrafo y la única manera de ser mejor era sacar más fotos. Me voy a arriesgar", decidió.
Ahí empezó el verdadero desafío, Luis empezó a intervenir la calle con más frecuencia, siguió potenciando la danza por medio de la fotografía, empezó a levantar proyectos propios, pero no todo termina ahí.
Empezando el año 2018, tras una dura crisis emocional a causa de una ruptura amorosa, Luis se invitó a realizar más cosas, viajó y conoció más sobre la danza, fue ahí cuando lo llamaron de KOD, una organización de competencias a nivel mundial, para registrar la selectiva a la final, en China. "Allá vieron mi trabajo, y me contrataron para cubrir la final internacional en KOD China, sin duda es uno de los hitos más importantes de mi carrera como fotógrafo", indicó.
"En síntesis, la fotografía es el amor de mi vida", concluyó.
Hace muy poco, Luis, mientras trabajaba, sufrió el robo de uno de sus equipos de trabajo, es por ello que levantó una iniciativa para recuperar el daño y, como era de esperarse, los propios bailarines se unieron y crearon varios eventos durante el mes de septiembre en pro de su amigo Luis, el fotógrafo de la danza, quien cierra reflexionando: "quiero capturar que el mundo aún tiene cosas lindas para mostrar. Si hay amor, todo se puede en esta vida".
Comments